14 diciembre 2014

No necesito mucho


A veces no es necesario mucho para volver a sonreír...
Me siento un globo capaz de tocar las nubes, con una felicidad tan extrema que podría explotar en cualquier momento.
Hay mil y un cosas dispuestas estratégicamente para joderte el día pero se encogen hasta ser nimiedades, solamente una lágrima salada en todo un océano de alegrías.
No es que pueda decir que poseo el deseo de la felicidad eterna, pero si puedo decir que a medida que avanza la vida, esta partida de ajedrez se iguala y me deja tiempo para pensar el siguiente movimiento evitando pasos en falso (que ya he tenido por docenas). 
Me quejo de mi vida, me quejo ¿porque?...pues porque es gratis y es un desahogo que nadie me puede quitar...pero después de la verborrea innecesaria me alegro de cada moratón, cicatriz y golpe eso me ha hecho ser así...
Cada herida es parte de mi y cada vez que me levanto recibo el mayor trofeo, experiencia.
Imagen de Adriana Rivero Vigil 


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